Periodistas piden alto a los asesinatos

Decenas de periodistas se apostaron afuera de la Secretaría de Gobernación (Segob) para demandar un alto a los asesinatos, ya que del 1 al 24 de enero fueron ultimados tres comunicadores de ellos: José Luis Gamboa en Veracruz, así como Margarito Martínez y Lourdes Maldonado en Tijuana.

En los muros de la fachada de la dependencia se proyectaron fotografías con los rostros de los periodistas ultimados y los presentes lanzaron consignas “No están solos”, “Justicia”, “No al silencio”.

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Laura Sánchez, periodista oriunda de Tijuana que radica en la Ciudad de México, detalló que llegó a la Capital hace seis años por una situación de violencia que la obligó a salir.

“Reportear en un lugar como Tijuana es completamente difícil, imagínense que a la persona a la que denuncian, al corrupto, narcotraficante está sentado en el restaurante de al lado comiendo al mismo tiempo que con tu familia, así es como se vive en Tijuana

“Mi interés no es martirizarme porque mi historia no tiene nada absolutamente de relevante en comparación de lo que están viviendo mis colegas de todos los estados… cuando me golpea la Policía, la misma comisionada estatal de Derechos Humanos les da absolutamente todos mis datos personales con los que hice la denuncia ese es el nivel de terror que se ejerce sobre los periodistas”.

Durante la manifestación se efectuaron enlaces con comunicadores que también se encontraban en protesta, externaron que además de enfrentarse a la precariedad laboral, padecen violencia e impunidad y solicitaron garantías para ejercer el pleno ejercicio del periodismo.

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En un pronunciamiento realizado por 300 comunicadores y firmado por más de 35 mil personas y organizaciones sociales, demandaron al Presidente, a la Fiscalía General de la República (FGR) y a las Fiscalías estatales no más impunidad en los asesinatos y evitar que la cifra siga en aumento.

Consideraron que la violencia de Estado, que incluye la del crimen organizado, coludidos con los gobiernos de todos los niveles, ha provocado zonas de silencio dónde no hay condiciones para ejercer la labor.

EAM