Confianza empresarial cae por segundo mes seguido por tercera ola
La tercera ola siguió asustando a los empresarios. Durante el mes de agosto continuó la tendencia a la baja del […]
La tercera ola siguió asustando a los empresarios. Durante el mes de agosto continuó la tendencia a la baja del Índice de Confianza Empresarial.
Luego de trece meses al alza de forma ininterrumpida, la racha de optimismo entre el empresariado mexicano se detuvo de tajo ante la llegada de la tercera ola en julio que ha sido tan preocupante para los directivos que por segundo mes seguido volvió a derribar el Índice de Confianza Empresarial.
La caída fue incluso más fuerte que en el mes pasado, pues mientras en julio solo se registró una pequeña contracción de 0.2 puntos en el sector manufacturero e incrementos de 2.2 puntos y el de la Construcción 1.2 puntos, durante el mes pasado la caída fue generalizada.
“En agosto de 2021 se observaron disminuciones en los Indicadores de Confianza Empresarial en los tres sectores: (-)0.1 puntos en Manufacturas (a 51.4 pts), (-)2.5 puntos en Construcción (a 47.9 puntos) y (-)0.8 puntos en Comercio (a 54.1 puntos)” destacó vía Twitter el presidente del Inegi, Julio Santaella.
El Índice de Confianza Empresarial es un indicador basado en la percepción de directivos empresariales de los cuales se evalúan sus perspectivas a través de una serie de cinco preguntas sobre su interés para invertir, estado de su empresa y opinión sobre la economía en el presente y a futuro.
Mientras en julio la tercera ola apenas comenzaba, agosto se convirtió en el mes que ha roto récords de contagios y hospitalizaciones en el país, incluso por encima de la primera y segunda, factores que jugaron un papel clave en la caída de la confianza.
En los tres sectores evaluados por la encuesta del Inegi, el rubro “momento adecuado para invertir” tuvo fuertes caídas: -1.3 para las manufacturas, -2.6 para el comercio y -2.8 para la industria de la construcción.
El dato es concordante con los resultados de la edición de agosto de la encuesta de expectativas económicas del sector privado elaborada por el Banco de México (Banxico), donde se registró que el porcentaje de encuestados que opinan que es “momento adecuado para invertir” pasó de 27% hasta tan solo 15%, una fuerte caída de 12 puntos porcentuales.
En contraste, quienes respondieron que es un “mal momento” para invertir se incrementaron de 33% a 38% y quienes opinaron “que no están seguros” crecieron de 39% a 47%, expresando la gran incertidumbre de los inversionistas alrededor de los efectos de la variante Delta, la tercera ola y la efectividad de las vacunas en la economía.
Un hecho que destaca es que la tercera ola de coronavirus logró derribar la confianza empresarial a diferencia la segunda ola de coronavirus incluso cuando en ese periodo sí existieron severos cierres a la economía, escenario que no se vive al día de hoy.
No obstante, más que significar que en ese entonces los empresarios no temían al repunte de casos, los subcomponentes de Índice de Confianza Empresarial durante diciembre del 2020 tenían un nivel alto en las expectativas de mejora económica en un futuro, a diferencia de agosto de 2021, cuando las expectativas futuras se han comportado mucho más moderadas sin superar siquiera un punto en ninguno de los sectores.
Además, la inflación y escasez de algunos materiales también está jugando como un riesgo que no existía o era mucho menor durante el último mes del año pasado.
Constructoras, las más pesimistas
Durante julio, la confianza del sector de la construcción pareció indicar que se había recuperado la esperanza luego de la pandemia, sin embargo, el optimismo fue efímero.
A diferencia del sector manufacturero y el de comercios los cuales ya habían superado el umbral de los 50 puntos -donde más de ellos es optimismo y menos pesimismo- desde hace cuatro meses, el de la construcción apenas lo había logrado colocándose hace dos meses en los 50.4 puntos.
Sin embargo, la fuerte caída de agosto regresó al índice de las constructoras por debajo del umbral, en los 47.9 puntos ante la caída de todos sus subcomponentes. Especialmente los rubros relativos al estado económico presente y futuro de la empresa sufrieron las peores contracciones: -3.2 y -3.9 puntos respectivamente.
El embate del coronavirus ha afectado a las empresas constructores en forma de afectaciones a sus plantillas laborales así como en la caída de la demanda de algunos tipos de obras, pero además el brutal incremento de entre 50 a 70% en los precios de materiales como cemento y acero han sido uno de los principales dolores de cabeza de la industria.