El tamal, sincretismo cultural
No todos tienen la suerte de ser bendecidos con el Niño Dios de la Rosca de Reyes; algunos celebran el […]
No todos tienen la suerte de ser bendecidos con el Niño Dios de la Rosca de Reyes; algunos celebran el hecho mientras que otros, los pocos, lo esconden, quizá, para no pagar los tamales el 2 de febrero, día de la virgen de la Candelaria.
Pero más allá del hecho de pagar lo que las reglas mandan, sabías que esta tradición culinaria tiene dos vertientes: “La primera habla de los pueblos latinoamericanos en las historias de Fray Bernardino de Sahagún quien hace referencia al final del calendario de las culturas mesoamericanas, épocas en las que todo se regía por las estaciones, el sol, la luna, para su época de la cosecha y justamente, esta última parte que coincidía con la fecha en la que honraban al dios Tlaloc, así que los tlacoques –sus adeptos– vestían a niños de sus pueblos, lo cual es como una referencia a lo que hoy en día se hace con en niño Jesús el 2 de febrero y los hacían subir al monte Tlaloc llorando como en augurio de que habría abundante agua para que las cosechas fueran buenas”, dijo a 24 HORAS la investigadora gastronómica Flavia Morán.
Esto también se liga en la actualidad a comunidades que en esta fecha realizan la bendición del maíz para agradecer las cosechas anteriores, por lo que ladornan con mazorcas las iglesias para ser bendecidos para el nuevo ciclo que inicia.
Pero con lo que respecta a la religión católica, la tradición proviene de la Conquista ya que en Tenerife se venera a la virgen de la Candelaria, figura que se liga con luces y calor, por ello es la Patrona de los marineros.
DE CHILE, DE MOLE, DE DULCE
Con el paso de los siglos, las tradiciones como tal se han perdido. Hoy en día, quien se sacó el niño solo piensa en que le toca pagar los tamales, mismos que representan una de las muchas maneras en que se aprovecha el maíz.
“Al final, todo tiene que ver con la creencia de que siempre hay algo superior, que se venera, especialmente con la comida. Y, como somos ‘el pueblo del maíz’, es donde se liga con los tamales, cuya esencia es precisamente este producto que nos representa ante el mundo”, añade la investigadora.
Tamal, del náhuatl “tamalli” significa envuelto, es el nombre genérico dado a varios platillos mexicanos de origen indígena. “Este es un manjar que se hace en toda América Latina, no son exclusivos de México, pero los nuestros son los más famosos y los hay representativos de cada estado de la República”, añade la también maestra del Claustro de Sor Juana.
Estos tuvieron presencia en todos los grupos indígenas, tanto en su vida cotidiana como en los ritos. Por ejemplo, entre los grupos nahuas de la Huasteca veracruzana los tamales son una de las ofrendas más importantes del ciclo ritual; el tamaño, la forma, los ingredientes y sus relaciones contextuales son parte importante de la interacción con las divinidades, según la Fundación Herdez.
Aún hoy, en comunidades de Morelos, por ejemplo, se ofrendan a la tierra tamales de ceniza. En las localidades de Miguel Canoa, Aparicio y La Resurrección, en Puebla, la bendición de las semillas y las ofrendas dedicadas a la tierra cada vez se practican menos, ya que los terrenos de cultivo se han transformado en lotes residenciales o de otros usos, señala la Dirección General de Culturas Populares, Indígenas y Urbanas.
Así pues, este alimento protagónico de estas fechas, da cuenta del sincretismo cultural de México al vincularse con los ciclos festivo y agrícola, presentes en las creencias de diversos pueblos indígenas de México y en la religión católica.
Una vez dicho lo anterior, ¿ya le hiciste tu pedido al tamalero de confianza para que mañana, día de la virgen de la Candelaria, cumplas con lo que dicta la tradición?
Hay cinco formas diferentes de hacer tamales a lo largo de la República mexicana:
1. Tamales de elote nuevo
2. Tamales de harina de arroz
3. Tamales con harina de tamal nixtamalizada
4. Tamal de masa para tortilla nixtamalizada
5. Tamal de masa colada
Lo que debes saber
Los aztecas, quienes no conocían la manteca, hacían una mezcla de un mineral llamado tequesquite el cual hervían con las hojas del tomate para esponjar la masa de los tamales.
Hay gran cantidad de variedades, entre 500 y mil 000 tipos de tamales. La diferencia más clara que existe entre ellos es que son dulces y salados.
La nixtamalización del maíz es uno de los procesos más importantes que ha aportado México a la gastronomía, no necesariamente al mundo.
LEG