En reversa 16 años
La fortaleza electoral del presidente López Obrador enseña estadísticamente una regresión de 16 años. En la elección presidencial del 2006 […]
La fortaleza electoral del presidente López Obrador enseña estadísticamente una regresión de 16 años.
En la elección presidencial del 2006 el mandatario alcanzó una votación de 14 millones 756 mil 350 sufragios (en alianza PRD, Convergencia y PT) y a la fecha enseña un arrastre de 15 millones 157 mil 996, de acuerdo al Conteo Rápido de la consulta de Revocación de Mandato del pasado domingo, donde por cierto Sonora desairó el ejercicio.
La diferencia entre ambos datos es de poco más de 401 mil votos.
En el lapso de estos 16 años el Presidente ha competido tres veces por la silla más preciada de cualquier político mexicano. A la tercera fue la vencida.
En el 2012 mejoró sus números respecto al 2006 al obtener 15 millones 848 mil 827 votos (abanderado por el PRD, PT y Movimiento Ciudadano); casi un millón 100 mil más que seis años antes.
En esa elección salió triunfante el priista Enrique Peña Nieto con una votación récord de 19 millones 158 mil 592 sufragios; la panista Josefina Vázquez Mota quedó en el tercer puesto al contabilizar 12 millones 732 mil 630 boletas cruzadas a su favor.
Seis años después, en el 2018, López Obrador por fin pudo salirse con la suya; se voló la barda al agenciarse una votación histórica de 30 millones 113 mil 483. En esa ocasión compitió por Morena, PT y el desaparecido PES.
En la elección de hace casi cuatro años, el segundo lugar correspondió al panista Ricardo Anaya con 12 millones 610 mil 120 votos y el tercero para el priista José Antonio Meade con 9 millones 289 mil 853.
El año pasado, en el ejercicio de juicio a ex presidentes y en las elecciones de medio término, el Gobierno de López Obrador y su partido Morena pudieron registrar dos grandes señales enviadas por los electores.
En el primero se registraron menos de 6.5 millones de sufragios para ser un ejercicio sin efecto vinculante, y en el segundo Morena obtuvo poco más de 17 millones de votos.
Considerando las cifras alcanzadas por Lopez Obrador y su partido desde el 2006 a la fecha, se llega a un promedio de 16 millones 588 mil 561 sufragios.
Tal monto indica una tendencia regresiva y de debilitamiento electoral tanto para el Presidente como para el partido en el poder, que podría hacer crisis este 5 de junio y más aún en las presidenciales del 2024. Dígase lo que se diga, a Morena y a su máximo líder se les desgasta su encanto.
YAQUIS EMOCIONADOS
Con la nueva ruta de la carretera Chihuahua-Sonora, que proyecta ser desviada desde la localidad de San Nicolás hasta la comisaría de Esperanza (ya no pasará por San Marcial ni La Misa), los de la tribu yaqui tendrán a su alcance a más automovilistas del centro-norte del País que transitarían por la México 15.
El gobernador Alfonso Durazo promociona el nuevo trazo de la obra de la mano del titular de la Sidur el guaymense Heriberto Aguilar, sin embargo, la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, y su secretario de Gobierno el sonorense, Luis Serrato, no han de estar con el mismo ánimo, luego de enterarse de los constantes y molestos bloqueos carreteros que protagoniza la etnia entre Esperanza y Guaymas.
A la altura de Lomas de Guamúchil y de Vícam los yaquis montan sus retenes ilegales y cobran a diestra y sinestra el peaje a cualquier tipo de automovilista, con especial énfasis a los vehículos de carga.
Con el nuevo formato de la nueva carretera, es de esperarse que se intensifique el tráfico proveniente de Chihuahua tanto por motivos de negocios, como turísticos y hasta familiares. Este mayor flujo se vería en el tramo de 127 kilómetros que hay de Esperanza a Guaymas.
Así, los yaquis tendrán una nueva clientela a menos que las autoridades de los tres niveles de Gobierno por fin se decidan “pararlos en seco” haciéndolos a un lado de la Cuatro Carrilles por el bien de la ciudadanía, del turismo y de la actividad comercial de Sonora.
Pero si en cambio los de la tribu se mantienen como hasta ahora bloqueando la principal ruta carretera del Estado, la conexión Chihuahua-Sonora podría “nacer muerta”.
Las intenciones promotoras son elocuentes por parte del gobernador Durazo; el nuevo diseño carretero busca darle mayor vida económica a Sonora, pero sobre todo a las comunidades del Sur de la entidad, principalmente a Guaymas y Ciudad Obregón.
Pero curiosamente, las diversas autoridades yaquis no comulgan con los planes reactivadores del mandatario estatal ya que abrigan otros planes como el de eternizarse en los “jugosos” bloqueos carreteros.
Javier Villegas Orpinela tiene maestría por el Itesm, economista UANL y diplomado en Northwestern University. Director de la revista Correo y profesor de Economía en la Unison.
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