Por qué el imparable ascenso del dólar es malo para la economía mundial (y cómo afecta a América Latina)
En un año el dólar se ha apreciado 12% frente a las monedas más fuertes del mundo. Getty Images En […]
Un dólar alto frente a muchas de las principales monedas del mundo contribuye al frenazo económico.
Esa fortaleza del billete verde se ha combinado con el aumento de las tasas de interés en Estados Unidos para ponerle obstáculos al crecimiento.
No son la causa de las actuales penurias económicas, pero sí le están echando más leña al fuego, cuando el mundo enfrenta históricos niveles de aumento en el costo de la vida y mucha incertidumbre por la guerra en Ucrania.
Los expertos dicen que el dólar en alza está contribuyendo a una «desaceleración sincronizada» del ritmo de la actividad económica en distintas partes del mundo.
«Un dólar fuerte está afectando el crecimiento porque se da al mismo tiempo que una alta inflación, y esa alta inflación se tiene que combatir con altas tasas de interés», dice Eduardo Carbajal, profesor de Economía y Finanzas del Tecnológico de Monterrey, en México.
Entonces, un dólar alto, señala en diálogo con BBC Mundo, «está encareciendo el crédito, no solo en Estados Unidos, sino también en todo el mundo».
Eso hace que cuando pedir dinero prestado es más costoso para los países, las empresas y las personas, la actividad se vuelve más lenta y la recuperación se hace cuesta arriba.
Como si se tratara de un delicado equilibrio, cualquier movimiento del engranaje económico provoca un efecto en otra parte del sistema.
Importaciones más caras
El segundo efecto de un dólar en ascenso es que «hace subir el precio de los productos importados, lo cual te sube la inflación», explica Elijah Oliveros-Rosen, economista senior de la consultora S&P Global Ratings.
Y, por otro lado, «encarece el pago de la deuda en dólares», algo que puede generar presiones fiscales en países que tienen pocos fondos para gastar, apunta.
Con presupuestos fiscales escuálidos, los gobiernos están teniendo que enfrentar las huellas que dejó la pandemia de covid-19 y la necesidad de ayudas sociales que requieren la mayoría de las familias latinoamericanas que a duras penas pueden resistir una inflación tan elevada.
A final de cuentas, con un dólar más alto se genera menos consumo y menos inversión fuera de EE.UU., lo que sumado a las fuertes fluctuaciones de los mercados financieros no anticipa un camino muy prometedor para los próximos meses.
¿Qué tanto se ha fortalecido el dólar?
En el último año el dólar se ha apreciado en relación a otras 10 monedas fuertes del mundo cerca de un 12%, mientras que en lo que va de este año, el incremento ha sido de un 7%, según uno de los índices más utilizados para medir el desempeño del billete verde: el «Bloomberg Dollar Spot Index (BBDXY)».
Esto ocurre cuando la Reserva Federal de EE.UU. (FED, por sus siglas en inglés), que es el equivalente al banco central, se ha embarcado en una progresiva alza de los tipos de interés para frenar la inflación.
Y según las proyecciones del mercado continuará subiéndolas al menos durante todo este año, al tiempo que los inversores siguen comprando dólares como una manera de proteger sus capitales en estos tiempos de incertidumbre económica.
Un gran desafío que está golpeando a las economías avanzadas que han visto una depreciación de monedas como el euro, el franco suizo o la libra esterlina.
¿Cuánto se han debilitado las monedas de América Latina?
Esto también ha ocurrido en las economías emergentes, como las latinoamericanas, que tienen que lidiar con monedas debilitadas, subir sus propias tasas de interés o intervenir para amortiguar la caída de sus billetes.
Comparando las mayores economías de la región, entre 2021 y lo que va de este año, las monedas que más se han devaluado son las de Argentina -(27%), Chile (-18%) y Colombia (-15%), mientras que el real de Brasil fue la única que se apreció (3,7%) en el mismo período.
Frente a ese escenario, si la inflación no cede, es probable que las tasas de interés sigan subiendo, pronostican los expertos.
Y si esto se cumple, la región tendrá que esperar un buen tiempo para recuperar su crecimiento.
¿Salida de capitales?
Lo mismo a nivel global. Por eso los economistas hablan de que estamos enfrentando una «estanflación» (o que al menos está a la vuelta de la esquina), que significa poco crecimiento con alta inflación.
Las proyecciones de organismos internacionales señalan que no es descabellado pensar que EE.UU. y Europa entren en una recesión, que China se desacelere bruscamente y que el crédito se mantenga alto.
Altas tasas en EE.UU. vuelven a ese mercado más atractivo para los inversores que no quieren correr riesgos y prefieren sacar sus capitales de economías emergentes, un fenómeno que según el Instituto de Finanzas Internacionales (la asociación empresarial mundial de la industria financiera) ya está ocurriendo.
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