Se recuperan los trabajos perdidos por pandemia, pero a costa de mayor informalidad

El número de trabajos perdidos en el país durante 2020 ya se recuperó del COVID, pero los nuevos puestos sufren secuelas en forma de mayor informalidad y subocupación.

Con un incremento de 1.3 millones de nuevos trabajos, julio se convirtió en el tercer mejor mes para la recuperación laboral del país, solo por debajo de junio de 2020 cuando el rebote posterior al desplome pandémico generó 4.7 millones de trabajo y de octubre, cuando se sumaron 1.8 millones de nuevos trabajos, según han registrado los Indicadores de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Con este último crecimiento laboral, la recuperación de los trabajos perdidos por la pandemia está completa. De forma acumulada, los trabajos creados desde mayo de 2020 (13.1 millones), ya compensan la pérdida de 12.5 millones que se registró en abril del año pasado. Sin embargo, aún no significa que los niveles de ocupación ya se hayan recuperado

La fortaleza de julio sorprendió a los analistas que esperaban condiciones especialmente más difíciles debido a la tercera ola que llegó al país desde ese mes. Según interpreta el grupo de Análisis Económico de Banorte,  la menor severidad de las restricciones a la actividad económica en comparación a las olas previas fue el elemento que permitió que continuara la recuperación del empleo.

Sin embargo, los trabajos creados no fueron los de mejor calidad. De los 1.3 millones de puestos creados en julio, solo 22,000 fueron formales, cifra contrastante con la del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que reportó un récord de creación de empleo formal en el mismo mes con 116,543 plazas nuevas.

Tomando las cifras del Inegi, el resultado de julio significa que 98% de puestos de trabajo restantes se generaron en la informalidad, ya sea en el sector informal -vendedores ambulantes, puestos callejeros, etc- o bajo condiciones informales de ocupación -trabajos sin contrato, sin seguridad social-. Como resultado, la tasa de informalidad pasó de 55.4% en el mes anterior a 56.4%.

Además la población subocupada, es decir, aquella con jornadas reducidas y que tiene que mantener más de un trabajo para satisfacer sus necesidades creció por primera vez desde hace 9 meses.

“Ajustando por estacionalidad, la tasa de subocupación, que no había registrado un aumento desde noviembre de 2020, se incrementó de 12.4% en junio a 12.7% en julio 2021” señaló el presidente del Inegi, Julio Santaella.

El aumento de la informalidad por una parte expresa falta de capacidad de los empleadores formales para sostener mayores plantillas de trabajadores, en línea con la desaceleración económica vivida en junio, cuando el Indicador Global de la Actividad Económica registró una caída de 0.9%, aún peor que la de febrero ante la crisis del gas.

La subocupación por otra parte,  según explica Gabriela Siller, directora de Análisis Económico de Banco Base, puede deberse a la tercera ola de COVID-19 y las nuevas medidas de confinamiento, como los aforos límite que implican la reducción en la demanda al tener que limitar la cantidad de trabajadores por turno.

Crece búsqueda de trabajo

Incluso frente a las condiciones económicas adversas y alejadas de los ideal, el grupo de análisis de Banorte consideró que el aumento laboral fue muy positivo.

A primera vista, el aumento a 4.38% en la tasa de desempleo -mayor que el pronóstico de 4.10% de los analistas- podría parecer una cifra negativa, sin embargo, tiene su origen en el incremento de la cantidad de población disponible para trabajar.

La tasa de participación, que mide el porcentaje de población en edad laboral y con trabajo o en búsqueda de uno (Población Económicamente Activa), aumentó de 58.5% en junio a 59.9%, su mayor incremento desde enero, expresando un mejoramiento de la confianza para buscar trabajo a pesar de la persistencia de la pandemia.

No obstante, Santaella aclaró que con cifras ajustadas por estacionalidad el incremento de la tasa de participación laboral fue de 58.3% en junio a 59.6% en julio, por lo que todavía está por debajo de las tasas previas a la pandemia.

Del otro lado de la moneda, las personas que salieron de la PEA en julio ascendieron a 1.3 millones, entre los 632.9 mil ‘disponibles para trabajar’ -que no buscan trabajo pero aceptarían uno si se los ofrecieran-y 645.8 mil de los ‘no disponibles’ quienes no aceptarían un trabajo en estos momentos.

Las cifras del Inegi registra que la caída se concentró en aquellos ‘sin interés por trabajar por atender otras obligaciones’, lo que el Análisis Económico Banorte considera esta explicado sobre todo por estudiantes en proceso de graduarse y buscar un empleo, situación recurrente en el mes de julio cuando acaba el año escolar de la mayoría de las universidades.