Sin compañía ni televisor, sólo leyendo: Así pasó Emilio Lozoya su primera semana en prisión

Emilio Lozoya cumplió ayer ocho días preso en el Reclusorio Norte, tiempo en el que ha leído el libro “El infinito en un junco” de la escritora Irene Vallejo, un ensayo que habla sobre la historia de la escritura.

El exdirector de Pemex se mantiene sin cambios en su estado de ánimo, leyendo el volumen de 407 páginas y saliendo a caminar en un patio que mide el equivalente a tres o cuatro canchas de basquetbol.

Continúa solo en su celda, la cual el vigilada las 24 horas del día, ni siquiera ha cruzado palabra con otro preso, reveló el periodista de noticiero “Por la mañana”, Humberto Padgett.

Emilio Lozoya pasa su octava noche en el Reclusorio Norte. Hasta ahora, nadie lo ha visitado, solo su padre. Ya no se baña con agua helada y sigue con el menú del resto de la población penitenciaria, hoy por ejemplo, comió pozole de cerdo: pic.twitter.com/SwnvVd4Spq

— Ciro Gómez Leyva (@CiroGomezL) November 11, 2021

Apenas ayer Lozoya recibió su primera visita familiar; al Reclusorio Norte llegó su padre, Emilio Lozoya Thalmann, quien negoció la entrega de su hijo con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

Lozoya Thalmann le llevó a su hijo una chamarra, playeras y un pantalón caqui, el distintivo de los internos bajo proceso. Así como rastrillos, toallas, ropa interior, cobijas y sábanas para cubrir su “tumba”, como llaman a las camas en prisión.

El exfuncionario de Enrique Peña Nieto está ahora en el dormitorio 10 de un segundo nivel, que  es más grande que el primero que le fue asignado. Este cuenta con excusado de acero inoxidable y regadera eléctrica; por lo tanto, ya tiene agua caliente.

Actualmente no cuenta con televisión ni radio, no porque se le haya negado, sino porque no ha tramitado el permiso para ingresar los aparatos; tampoco tiene acceso a revistas ni periódicos.

De acuerdo con Padgett, el exfuncionario desayunó ayer salchichas con papas en salsa verde y atole; comió pozole de cerdo y cenó chicharrón en salsa rojo, galletas  y café.

Ayer un juez federal dictó por segunda ocasión presión preventiva a Emilio Lozoya, ahora por la  compra a sobreprecio de 200 millones de dólares de la empresa Agronitrogenados.

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